EL TANGO
Te escucho y quiero manejar mi propio compás. No lo logro, me superas en tu dos por cuatro, en el verso amoroso de noches agitadas, en la mesa cuadrada de un bar en una esquina de tantos recuerdos, de jóvenes ansiosos, de búsqueda irrefrenable de la esencia pura, del ser urbano, del hombre que desgasta cementos con pasos cotidianos, de la mujer habitada por tantas mujeres…
En el resuello lastimoso del bandoneón añoso, te encuentro. En los versos profundos del poeta mi historia te encuentra. En el vaivén cadencioso de un baile amoroso, te busco. Del piano surgen acordes nunca iguales para mi remembranza musical de tus huellas, caminante infinito de esquinas, faroles y pañuelos anudados con esmero.
Te veo a cada paso
Soy feliz de escuchar tus sones que traen a mi alma, mi ayer en la imagen de mi padre, emocionado con la orquesta vibrante, mi hoy, viéndote en el transcurrir diario y espero me habites en mi futuro, para el cobijo de mi alma ciudadana
PALOMITA
Hace 10 años
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